La incidencia de los tumores cerebrales primarios en España representa el 2% de los cánceres diagnosticados en personas adultas, según los datos que nos ofrece la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). 

Por otro lado, se estima que un 40% de los pacientes diagnosticados con otro cáncer primario, desarrollarán metástasis cerebral.

En muchas ocasiones, algunos de estos tumores se encuentran en lugares que son difíciles de operar o crecen hasta alcanzar un tamaño que también dificulta el poder tratarlos de una manera adecuada. Además, es importante hablar de los tratamientos, cuyas secuelas se han intentado reducir a lo largo de todos estos años con técnicas más eficaces e innovadoras como es la radiocirugía cerebral.

El objetivo es reducir los efectos secundarios, disminuir el tiempo de recuperación del paciente y ser lo más precisos posible en el tratamiento de un tumor ubicado en el cerebro. Es por esto por lo que hoy hablaremos de qué es la radiocirugía cerebral, para qué se utiliza, la preparación y el post tratamiento.

Qué es la radiocirugía cerebral

Cuando hablamos de radiocirugía cerebral nos referimos a un procedimiento que dista mucho de los tradicionales. Aquí lo que se hace es utilizar la radiación de manera muy precisa para llegar al tumor y dañar sus células con el objetivo de evitar que este continúe desarrollándose y propagándose. Existen varios tipos de esta cirugía, desde la estereotáctica cerebral, hasta la de bisturí de rayos gamma o la estereotáxica hipofraccionada, entre otras. 

Pero ¿qué es lo que la diferencia de una cirugía tradicional? Veamos esto a continuación.  

  • No requiere de incisiones: a diferencia de la cirugía tradicional, con la radiocirugía cerebral no es necesario que el paciente se someta a ningún corte ni a ninguna cirugía abierta, como puede ser la craneotomía con el paciente despierto. 
  • Se minimiza el daño a los tejidos sanos: aunque se pueda pensar que la radiocirugía cerebral acabe dañando los tejidos sanos que están alrededor del tumor, dada la precisión con la que se administra, los daños son reducidos.
  • Se suele hacer una sola vez: si bien puede que haya excepciones, lo habitual es que se haga una sola vez en una única sesión. Por lo que esta es, también, otra ventaja para el propio paciente. 

Si bien la radiocirugía cerebral tiene muchas ventajas, solo ZAP-X es el sistema de radiocirugía estereotáctica cerebral más avanzado. Y es que, a diferencia de otras tecnologías existentes, en este caso es posible controlar la dinámica de irradiación para garantizar al paciente que las estructuras sanas que estén alrededor del tumor permanecerán intactas tras administrar este tratamiento. Pero ¿qué ventajas más hay al elegir ZAP-X como opción de tratamiento para un tumor cerebral?

  • El paciente puede volver a casa en el mismo día: gracias a que ZAP-X no requiere anestesia y se aplica de manera ambulatoria, por lo que puede estar acompañado. Por lo tanto, el paciente no tiene que quedarse ingresado.
  • No hace falta un espacio cerrado: hay otras tecnologías para tratar tumores cerebrales que sí requieren de espacios blindados, algo que puede agobiar a los pacientes e incrementar su malestar durante el tratamiento, pero no es el caso de ZAP-X.

Para qué se usa la radiocirugía cerebral

La radiocirugía cerebral se utiliza para tratar tumores cerebrales de todo tipo, malignos y benignos. En el caso de la tecnología ZAP-X, algunos de los tumores para los que está destinada especialmente son los siguientes.

  • Metástasis cerebrales: aquí nos encontramos con tumores cerebrales secundarios, dado que el origen del cáncer puede estar en la mama, el colon, el pulmón, etc. Cuando hablamos de metástasis hablamos de una diseminación del cáncer que puede, además, favorecer la aparición de varios tumores en el cerebro que suelen ser difíciles de abordar. Aunque la radiocirugía cerebral es una técnica innovadora y eficaz para el tratamiento de este tipo de lesiones malignas. 
  • Tumores cerebrales: son aquellos que se originan en el propio cerebro (tumores cerebrales primarios). Dependiendo de su ubicación podemos hablar de gliomas –cuando afectan a las células gliales– o meningiomas –cuando el tumor se ubica en las membranas que rodean al cerebro–, entre otras posibilidades.
  • Meningiomas: son tumores que crecen en las meninges y que la presión que puede ejercer sobre los nervios puede provocar cambios en la visión, dolores de cabeza, pérdidas de memoria e, incluso, convulsiones. La mayoría de estos tumores son benignos y crecen de forma lenta, por lo que el tratamiento con ZAP-X puede ser muy eficaz para su eliminación.
  • Neurinoma del acústico: este tumor también se conoce como schwannoma vestibular y también tiene un crecimiento bastante lento. Sin embargo, cuando crece, la presión que ejerce puede causar desde pérdida de audición progresiva, hasta zumbidos muy molestos en el oído.   

Estos son algunos de los tumores cerebrales con los que se puede utilizar la radiocirugía cerebral. Gracias a la tecnología ZAP-X es posible tanto tratar las lesiones benignas como aquellas que son malignas y se han diagnosticado tarde. Debido a la alta precisión de esta tecnología tan avanzada y siempre de la mano de un tratamiento sistémico, es posible tratar un tumor cerebral, o una metástasis, de manera rápida y eficaz.

Riesgos

Dependiendo del tipo de radiocirugía cerebral elegido, puede haber algunos efectos secundarios transitorios. Por ejemplo, la radiocirugía con bisturí de rayos gamma puede causar fatiga durante las primeras semanas, hinchazón en las áreas en las que ha actuado la radiación e, incluso, puede haber una mayor sensibilidad en el cuero cabelludo

¿Esto se puede prevenir? Sí, siempre que se pueda ejercer un pleno control sobre la dinámica de irradiación. Con ZAP-X esto es posible controlarlo y minimizarlo, para evitar daños en las estructuras sanas del cerebro y que esto, después del tratamiento, impacte de manera negativa en el bienestar del paciente.

Cómo es la preparación para el tratamiento

La radiocirugía cerebral requiere de una serie de pruebas previas para identificar de manera clara dónde se encuentra la lesión o lesiones en el cerebro. Para ello, técnicas de obtención de imágenes como la resonancia magnética serán indispensables para observar con claridad a dónde debe ir dirigida la radiación para dañar las células tumorales y reducir el tamaño del tumor con el fin de que este acabe desapareciendo. 

En algunos de los tipos de radiocirugía cerebral puede ser necesario no comer ni beber durante unas determinadas horas antes del procedimiento, pero esto no es necesario con ZAP-X. Además, el paciente podrá estar acompañado en todo momento, dado que no hay peligro alguno para la persona que desee estar con el paciente durante el proceso. 

Sí será importante eliminar cualquier joya (como pendientes o piercings), así como quitarse las gafas, si se utilizan, durante el procedimiento. Los expertos de nuestro Instituto de Radiocirugía Avanzada (IRCA) informarán de manera personalizada de algunas cuestiones también indispensables para prepararse para el tratamiento. Asimismo, resolverán cualquier duda o pregunta que pueda tener el paciente antes de esta. 

Suele existir siempre la duda por parte de los pacientes de si la radiocirugía cerebral es dolorosa o sentirán durante la misma algún tipo de molestia. Este temor es completamente normal y la respuesta que siempre damos desde IRCA es que el paciente no sentirá nada. Sencillamente, tendrá que mantenerse inmóvil durante el tiempo necesario para tratar el tumor, pero no notará dolor alguno. Este tratamiento es indoloro.

Cómo es el post-tratamiento

Elegir la tecnología ZAP-X como opción para una radiocirugía cerebral significa, como ya mencionamos anteriormente, realizar este procedimiento de manera ambulatoria. Por lo tanto, tras el mismo, se puede volver a la vida diaria sin ningún problema. Debido a que no hay incisiones, ni cortes, el paciente no tiene que quedarse hospitalizado ni en observación. Por lo tanto, esta es una gran ventaja de esta tecnología tan avanzada.

Cuando se recibe un diagnóstico de que hay un tumor cerebral, muchas personas suelen sentirse desesperanzadas. Esta sensación se incrementa si el diagnóstico es una metástasis en el cerebro. Sin embargo, desde IRCA queremos dejar claro que la tecnología ha avanzado mucho y que, cada vez, se producen mejoras más sustanciales. No solo para minimizar los efectos secundarios de los tratamientos, sino también para poder tratar las lesiones malignas o que no han sido identificadas a tiempo. Gracias a la tecnología avanzada de la que disponemos actualmente, se puede tratar una lesión benigna y maligna en el cerebro, cabeza y cuello, velando por el bienestar del paciente en todo momento, que es sin duda lo mas importante.